No se puede
borrar el pasado.
Uno es ahora
la consecuencia,
el producto,
el resultado,
lo
conseguido…
lo defecado.
Solo se
puede echar capas de tierra
para ocultar
el cadáver ya vivido
o huir
cobarde buscando islas,
lugares
anónimos de olvido.
El cambio no
elimina experiencias.
Si no en
vigilia es en sueños
cuando el
recuerdo apuñala,
y la
conciencia, es una puta desalmada,
que rasca
con sus uñas las entrañas.
Solo hay dos
hechos verdaderos en la vida:
el día que
llegamos al mundo
inocentes y
en cueros…
y el día que
regresemos al polvo,
con mortaja
de gusanos
para fertilizar
el suelo.