miércoles, 27 de agosto de 2014

INSULAM FINIS


(Isla final)


Sí algún día llego a una isla en la que la arena
no esté plagada de cristales de reproche,
sin duda he de quedarme allí, sentado en su costa,
a contar las olas que lamen la orilla
y las estrellas que guiñan  sus ojos por la noche.

Me haré viejo sin buscar pescas inciertas,
de esas que te dejan el anzuelo clavado donde más duele:
en el nervio se lo inconcluso,
de la paranoia y la obsesión.

Demasiado tiempo pescando quimeras
acaba hundiendo tú barca en el mar de la tristeza,
donde todo se queda inmóvil y perece ahogada la ilusión.

Siempre busque ser un faro que vigilase las mismas aguas.
No soy marino al que gusten los viajes de Ulises;
tengo tendencia al naufragio y a ser pasto de tiburones.

Las islas del tesoro están bien para los piratas;
yo busco algo más sencillo pero mucho más valioso:
una costa de paz, donde entregar por fin mi alma maltrecha.
Enterraría en ella el corazón dejando pasar los  días,
para que la acción del agua y  la sal lo puliesen,
como esos vidrios de botellas que eran joyas,
en una  infancia de pieles rojas y castillos perecederos.

Fui un niño de Sorolla con el alma desnuda en la playa,
con la luz mediterránea abrasando mi cuerpo…
y en ese fulgor quedó gripada mi alegría,
como un engranaje oxidado más del mecanismo del recuerdo…

Ahora soy un hombre enfermo de nostalgia
por un mar y una arena que no existen;
pero aún he de pensar que hallaré esa isla…
En el tiempo que queda…
Con nombre de sirena o lugar,
es algo que ya me da lo mismo.
Sólo añoro  su calma…
esa que yo me imagino…
Esa que si, por fin encuentro,
me transformara en piedra con el don heredado de Medusa,
Gorgona piadosa que me dejará estar en su rompiente,
refrescado por el embate del agua y el viento…
Y hallaré el alivio…
Y abrazaré el olvido…
Y seré la arena...
… que roba de la orilla la resaca.

lunes, 11 de agosto de 2014

PEDOS DE LOBO III



ME AMAS OSCURIDAD

Besos clandestinos en un portal
lejos de las miradas indiscretas;
esta noche me amas,  oscuridad,
y mañana no sabrás quien soy,
cuando a plena luz me veas…

BAILA UN PATO

Bailaba un pato en la verbena,
con pies torpes de gangrena.
Se reía de él  más de una nena,
y solo a  la más dulce, daba pena.

CABALLERO

Se reventó la cara por ella
creyéndola dama en peligro;
viéndola fría, le prestó su abrigo,
y ella, riendo, se fue con el canalla.

NANA DE LA GATA

Ven, gatita, vámonos a dormir…
pulgas y garrapatas, no se pueden venir.
Ven, gatita, que te voy a cepillar…
si no de pelos, la cama, tú me vas a llenar.

FIJO NORTE

Soy veleta oxidada
encallada en dirección norte.
Los vientos hablan de cambio
pero no es algo que me importe.
Mi flecha sigue obcecada
encauzada en su soporte,
ajena a cualquier agravio,
del inmovilismo consorte.