Solo el
juicio de lo humano
le confiere
un carácter cruel o piadoso,
triste o
causa de alivio...
Sin embargo Ella,
es solo un
suceso que acontece;
un tiempo
que termina
para que
otro tiempo continúe,
o para dar
paso al principio de un tiempo nuevo.
Ella no es
ni bueno ni malo,
sino una
consecuencia, un contraste;
es el polo
opuesto,
el otro peso
que equilibra la balanza,
un músculo
antagonista,
la otra cara
de la moneda.
Ella es el
descenso tras la subida.
Es la
oscuridad que, por oposición,
define lo
que es la luz.
Es de imbéciles
colgarle maléficos sambenitos.
Ni siquiera
dependen de ella
el momento
ni la forma,
pues son
otros, no tan mal afamados,
los que
allanan su camino.
Se debería considerar
mejor su honestidad,
ya que es lo
único certero del destino.
Ella es la
némesis necesaria,
la que cura
la enfermedad de lo eterno;
Ella saca la basura,
es la hija
bastarda de los dioses.
Es sentencia, punto final,
la que nos
hace amar cada segundo
sin ser
conscientes de ello…
Muchos son a
los que coge por sorpresa…
quizás
porque, estúpidos,
soñaban ser
imperecederos.
Pero no hay
alevosía en su oficio, solo fin...
y Ella sabe más
que nadie
de la
insignificancia de la existencia,
de lo vasto
del infinito…
y de que
incluso…
también mueren
las estrellas...
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