Era un caos buscando el orden,
un trozo de oscuridad envidioso de la
luz;
la tempestad anhelando la calma…
Una porquería buscando la pulcritud.
Era una guerra interna buscando un
estado de paz;
una utopía soñada, intentando ser
realidad.
Era la guadaña, queriendo ser el
trigo;
la perfidia, deseando ser bondad.
Era Baco ebrio, balbuceando la
sobriedad;
una multitud de mentiras diciendo una
sola verdad;
la perdición, intentando salvarse…
Un veneno con ínfulas de fórmula
magistral.
Era un pobre diablo transmutándose en
arcángel;
era Belcebú jugando a ser Yahvé en el
reino celestial;
era el odio, enamorándose del amor
perdidamente.
Era un sediento, tras el paraíso
terrenal.
Era una sombra moviéndose como un
hombre;
un fracaso deseando ser triunfo;
una patada pretendiendo ser caricia;
una mota de polvo, ansiando ser un
mundo.
Era el hambre imaginando el hartazgo;
era la rabia, contagiándose de
sosiego;
una infección con aspiraciones
saludables;
un vidente pesimista, queriendo
quedarse ciego.
Era un canto rodado, trepando para
ser muralla;
era el pato feo que no sabe que es un
cisne;
un villano, con el corazón de un
héroe;
un puto actor secundario, que no será
estrella de cine.
Era un cobarde enfrentándose a
gigantes;
un mudo ansiando hablar a gritos;
un analfabeto recitando con Yorick en la mano…
Era llanto y pena, queriendo reír y dar saltitos.
Era un caos que nunca encajaría en el
orden;
un trozo de oscuridad ocultándose de
la luz;
la tempestad arrasándose a sí misma…
Una porquería, mancillando la
pulcritud.
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