viernes, 25 de septiembre de 2020

UNA PLAYA PIXELADA

(Dedicado a P… que siento muchisimo que esté tan lejos)

 

  

Cada noche buscamos, juntos, 

oro entre las arenas; 
y la llave que nos une… 
La llave que une a dos almas 
que, por mandato del tiempo,
dejaron de ser niños.

Cada noche lloramos o reímos; 
tú de mis chistes, 
yo de tu inocencia. 
Y de la mano viajamos 
por un mundo  de cuarzo 
plano y luminoso. 
Una ventanita engañosa y tecnológica 
que nosotros hacemos limbo.
O paraíso  bíblico donde escaparnos.
sin manzanas, ni serpientes… 
Ni Dios… solo Adán y Eva.

Cada noche huimos, 
lejos y cerca de este sinsentido. 
Cada noche bailamos 
o compartimos penas. 
Y tú me dices, 
que este es el único mundo que te gusta; 
y yo te digo que aquí sigo, 
porque tú entras… 
También te digo que eres las más bella, 
la más noble; 
la que sin verme en carne 
ve lo bueno de mí, 
y me hace sentir  que soy 
el tipo más guapo de la Tierra.

Cada noche sabemos 
que ambos estamos locos, 
que cuando abandonamos la playa oscura 
en cuya orilla rompen los pixeles 
y fulguran  entre nubes, falsas estrellas, 
nos espera tras el sueño 
el despertar en la hierba real y seca, 
en el horizonte del desapego, 
en el miedo, en la tristeza, 
de un mundo que no controlamos, 
ni comprendemos.

A miles de kilómetros de distancia 
se abrazan nuestros pensamientos. 
Qué conjunción tan pura, 
sin fluidos, ni tacto en las pieles; 
solo el idilio y la seducción de las ideas, 
la confidencia , las emociones …

Cada noche me dices que me quieres. 
Cada noche te digo que te quiero. 
Y cada noche somos perfectos, 
sin mácula, 
con la ropa y el rostro que queremos; 
pero siempre somos tú y yo: 
huidos… felices, o maltrechos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario