domingo, 30 de agosto de 2020

HERMANO...

Quiso el destino,
tirano que marca el sino del hombre, 
que en progenie fuéramos cinco: 
tres muertos antes, 
dos vivos luego. 
Y Jesús fue el nombre 
del primer muerto. 
El único de los muertos que tuvo nombre. 
Mi hermano, el primogénito. 
El que pudo ser mi héroe 
y mi referente.

Quiso el destino,

tirano que urde y enlaza 
las vidas de los hombres, 
que mi única hermana viva 
conociera a un extraviado, 
un salvaje... 
Y quiso el azar 
que Jesús se llamase... 
como mi desconocido hermano. 
Mi heroe, mi referente...

Así, te ame como un hermano;

un hermano mayor 
que me decepcionó muchas veces. 
Pero fuiste mi hermano. 
El caradura, el juerguista, 
el liante, el pirata, 
el que llegado el susto 
estaba para tenderte la mano. 
El mentiroso pero también el fuerte.  
El generoso. 
El que a veces negué como familia. 
El que envidié y el que admiré. 
El que quería a mi hermana, 
y el que mi hermana quería. 
Y fue unas veces su muleta 
y otras su incordio.

Mi hermano mayor.

Mi hermano del alma. 
El que siempre añoré,
pues siempre seré el pequeño; 
el asustado, el herido, 
el que buscaba la sombra de tu ala.

Mi hermano...

Mi hermano Jesús, el mayor...

Te pasaron factura y ahora nos dejas... 

Y eres un cabrón... 
porque te marchas... 
y las cosas, 
ya no serán lo mismo sin tus tiros... 
esos duelos nuestros en los que ambos,
nos quedábamos sin balas... 
 

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